¿Qué es la responsabilidad civil en los seguros y por qué te conviene protegerte?

De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la responsabilidad civil es una figura jurídica que establece la obligatoriedad en la reparación o indemnización de daños y perjuicios provocados a terceros.

Pero ¿qué quiere decir esto, a ti en qué te afecta y por qué es importante tenerlo presente en tu vida cotidiana? En las siguientes líneas te mostraremos cómo un concepto aparentemente tan ajeno puede cambiarte la vida.

¿Puedes hacer algo al respecto? Por supuesto. Y aquí te decimos qué.

Por qué debes tomar en serio la responsabilidad civil en general

En nuestro día a día estamos expuestos todo el tiempo a riesgos impredecibles. Piensa en el riesgo de sufrir un accidente camino al trabajo, que una motocicleta impacte contra tu auto en la carretera o el riesgo de perder los ahorros de toda tu vida en una mala inversión.

Pero casi siempre cuando hablamos de exposición al riesgo lo hacemos desde nuestra perspectiva, pensando en eventos que nos afectan directamente a nosotros, en situaciones en las que tú sales afectado. ¿Qué hay de aquellas situaciones en las que otros salen afectados por tu culpa, aún cuando no era tu intención?

La responsabilidad civil tiene que ver con el riesgo de provocar daños involuntarios a terceros, ya sea en su persona, su patrimonio o sus posesiones. Te obliga a responder ante esos daños, sea de manera cívica y consensuada o por la fuerza legal.

¿Cómo te afecta la responsabilidad civil?

Puesto que la responsabilidad civil te obliga a reparar el daño, el primer impacto que tiene sobre tu vida es directamente en tu bolsillo. Normalmente se trata de gastos inesperados, que no tenías contemplados hacer en la quincena o el mes, y te echa a perder tus finanzas.

Si tienes dinero para pagarlo, seguramente te va a desbalancear tus cuentas (quizá tendrás que usar dinero que tenías destinado para pagar otros gastos). Si no tienes para pagarlo en el momento, muy probablemente tendrás que recurrir a tus ahorros (que igual estabas juntando para otro fin) o pedir un préstamo, con los intereses que conlleva.

Pero en algunas ocasiones esos daños son tan costosos que difícilmente cualquier persona tiene esas cantidades disponibles. Por ponerte un ejemplo, piensa en el daño físico, incluso la muerte que podrías provocar a alguien en un accidente automovilístico.

Tu seguro: un as bajo la manga

El seguro entra aquí como tu salvador, porque paga las cuentas de tu responsabilidad civil en caso de que suceda. Al contratarlo, básicamente tú le estás transfiriendo los riesgos a la aseguradora para que tú no te preocupes por nada.

Así, en lugar de que tú desembolses para pagar los daños provocados a una persona, el seguro los cubre. Tú solo tendrás que asegurarte de pagar el deducible y mantenerte al día con el pago mensual, trimestral o anual de tu prima.

Varios tipos de responsabilidad civil en los seguros

¿Sabes cuántas situaciones de responsabilidad civil existen en la vida? Todas las situaciones que te puedas imaginar en las que tú o tus familiares provoquen daños a terceros. Y ni siquiera tiene que ser daños a personas: también incluye a tiendas, propiedades ajenas y hasta mascotas.

Por eso varios seguros te ofrecen diferentes formas de protección para ti o tus familiares en caso de incurrir a daños a terceros. Estos son los tipos más comunes de responsabilidad civil cubiertos por los seguros:

Profesional: te cubre por daños a terceros producto de tu actividad laboral.

Familiar: se ofrece con frecuencia dentro de la cobertura de los seguros de casa habitación y protege a los miembros de tu familia por daños que puedan causar fuera del hogar.

Viajes: un seguro temporal ideal para realizar viajes de trabajo o familiares sin preocupaciones.

Mascotas: también se ofrece en los seguros de casa habitación o de manera independiente y te protege ante los daños provocados por tu mascota.

Vehículos: es el seguro básico que en algunas regiones es obligatorio para conducir y protege al asegurado si provoca daños, lesiones o el fallecimiento de terceras personas.

Reconocer que el riesgo de provocar daños a terceros es tan real como cualquier otro y asumir la responsabilidad de nuestras acciones nos pone un paso adelante en la construcción de una sociedad más respetuosa, justa y armoniosa. Pero no significa que tengas que enfrentarlo solo.

Así que no lo pienses más y contrata un seguro de responsabilidad civil. No vivas presa del riesgo y continúa tu vida sin padecer una catástrofe en tus finanzas. Acércate a un agente de seguros para recibir toda la asesoría que necesitas.

 

Protégete si provocas accidentes a terceros

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