En los últimos años, el cambio climático provocado por la explotación de recursos naturales y la actividad humana en general ha traído consecuencias evidentes en la temporalidad y eventualidad de los fenómenos naturales.
Cada vez más, estos fenómenos surgen con mayor fuerza y provocan daños desastrosos en el patrimonio y vida de las personas.
México, como un país con una ubicación geográfica particular, es también afectado por este tipo de siniestros. Durante el 2011, uno de los peores años a nivel mundial en cantidad y alcance de siniestros (año en que se registró un sismo de 9.0 grados en la escala de Richter y posterior tsunami en Japón que dejó un número de 20,896 muertos, 3.084 desaparecidos y 6.025 heridos), 2,760 fenómenos afectaron el país, entre ellos, el huracán Beatriz, la tormenta tropical Arlene, los huracanes Jova y Rina; y un sismo de 6.5 grados con epicentro en Guerrero.
Los estados que presentaron el 78% de estos siniestros fueron el DF, Estado de México, Colima, Tamaulipas, Oaxaca y Veracruz; y los más afectados en monto de daños fueron Baja California, DF, Colima, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Tamaulipas y Sinaloa.
Si tomamos en cuenta, además, que en el país se presentan alrededor de 23 ciclones tropicales en los meses de mayo a noviembre de cada año, el riesgo del daño a patrimonio y vidas humanas se incrementa considerablemente. De hecho, los giros que más sufrieron daños en 2011 fueron las casas habitación con un 70% del número total del siniestros presentados.
No esperes a verte afectado por un desastre natural. Toma medidas precautorias y protege tu vida y la de tu familia. Asegura tu patrimonio y el de tus hijos en contra de estos fenómenos cada vez más frecuentes.
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